Víctor, el jardinero, se pegó un susto bárbaro. Estaba pasando la desmalezadora por debajo de unas cortaderas cuando, de repente, enganchó y arrojó por el aire a una víbora de casi un metro de largo. La historia la cuenta el legislador Alberto Colombres Garmendia, propietario del jardín en el que, la semana pasada, apareció esa serpiente. “Creemos que cuando cayó al suelo aún seguía viva”, añade.

El caso -registrado en el country del Jockey, al norte de la avenida Perón- se suma a otro sucedido por esa fecha en el barrio privado Alto Verde, también en esa zona de Yerba Buena. En esta ocasión, un propietario que bajaba de un auto con su hijo se topó con un ofidio dentro de la cochera. Ocurrió luego de que un veterinario determinara, días atrás, que las muertes de dos animales en ese vecindario se habían debido, justamente, a mordeduras de víboras.

En ambos episodios los expertos determinaron que se trataba de yararás. “Antes era todavía más habitual que aparecieran cerca de las casas”, cuenta Colombres Garmendia. No obstante, cada vez que sucede los vecinos se sensibilizan: “ahora salimos al jardín y miramos hacia todos lados”.

La aparición de estas serpientes en los nuevos barrios situados al norte del municipio no debería causar sorpresa. Dice el doctor Gustavo Scrocchi -especialista del Instituto de Herpetología de la Fundación Miguel Lillo- que esos countries y barrios privados se construyen en zonas que han sido, siempre, hábitat de las yararás. “Que saques un bosque y hagas una casa no significa que las víboras vayan a irse de modo inmediato. Todo el piedemonte yerbabuenense es una zona de distribución de esa especie”, explica.

Enseguida, añade que es normal que sean vistas en esta época del año, pues es cuando salen en busca del alimento con el que engordarán y sobrevivirán al invierno. A eso se le suman las lluvias, que inundan las cuevas en las que viven y las obligan a salir, y a buscar nuevos escondites. De entre las variedades de víboras que pueden aparecer en la zona, la yarará es una de las más venenosas y de las que más accidentes produce. “No son agresivas, sino que no tiene paciencia. Cuando alguien se les acerca, atacan”, advierte el herpetólogo.

Con respecto a qué hacer ante el encuentro con una yarará, Scrocchi recomienda no salir corriendo, sino alejarse lentamente. Y, en el caso de una mordedura, indica que debe acudirse a cualquier hospital. Tampoco en este momento se debe correr, pues eso ayuda a la distribución del veneno. “En el caso de los niños, las mordeduras son más peligrosas que si se trata de un adulto”, advierte.

También en Tafí Viejo

Una vecina de Lomas de Tafí vivió ayer una experiencia similar. Cuando a eso de las 10 de la mañana salió de su casa a recoger LA GACETA, que le había dejado el diariero, vio que algo se movía en el patio delantero. “Me di cuenta de que era una víbora. Y no lo pensé mucho, tengo tres hijos pequeños y justo ese es el lugar donde juegan. Así que la agarré con el haragán, que fue lo que tenía a mano, y la maté a palazos”, contó Lelia Monteros.

Comentó que hace cinco años que vive en Lomas de Tafí y nunca le había pasado esto. Su casa está en el sector 10, sobre la avenida Raya. El fondo da hacia un canal. “Pensamos que la víbora salió del canal; si es así significa que cruzó toda la casa. Por las dudas estoy desinfectando”, añadió. Luego envió una fotografía de la víbora a unos amigos y le dijeron que podría tratarse de una falsa yarará.


¿Qué hacer ante una picadura?
 
n No realizar cortes en el lugar de la mordedura, no hacer ligaduras o torniquetes en el miembro lesionado. Aflojar la ropa y presionar suavemente con los dedos en el lugar que se produjo la mordedura para facilitar la salida de veneno.  
n Llevar al afectado con urgencia a un hospital.
n Higienizar la herida con abundante agua y jabón y colocarle hielo. Darle de beber abundante líquido (preferentemente bebidas calientes y azucaradas). 
n Mantener al accidentado en reposo y tratar de tranquilizarlo. No debe correr.
n En el Hospital de Niños, Hospital Centro de Salud, Hospital Padilla y al Hospital de Concepción se encuentran los antivenenos adecuados para cada caso.
n Fuente: Ministerio de Salud de Tucumán
 
Consejos y precauciones 
n Las yararás son habituales en la zona del pedemonte tucumano. Es la víbora venenosa más común en el NOA. Para evitar picaduras se recomienda:
n No introducir las manos entre los arbustos, huecos de árboles o grietas.
n Usar botas y cubrir bien las piernas. De ser posible, caminar en compañía de perros: son buenos rastreadores de pistas de serpientes. 
n En caso de ser posible, usar palancas para mover objetos que puedan ser refugio de víboras.

> ¿Qué hacer ante una picadura? 
- No realizar cortes en el lugar de la mordedura, no hacer ligaduras o torniquetes en el miembro lesionado. Aflojar la ropa y presionar suavemente con los dedos en el lugar que se produjo la mordedura para facilitar la salida de veneno.  
- Llevar al afectado con urgencia a un hospital.
- Higienizar la herida con abundante agua y jabón y colocarle hielo. Darle de beber abundante líquido (preferentemente bebidas calientes y azucaradas). 
- Mantener al accidentado en reposo y tratar de tranquilizarlo. No debe correr.
- En el Hospital de Niños, Hospital Centro de Salud, Hospital Padilla y al Hospital de Concepción se encuentran los antivenenos adecuados para cada caso.
- Fuente: Ministerio de Salud de Tucumán 

> Consejos y precauciones 
- Las yararás son habituales en la zona del pedemonte tucumano. Es la víbora venenosa más común en el NOA. Para evitar picaduras se recomienda:
- No introducir las manos entre los arbustos, huecos de árboles o grietas.
- Usar botas y cubrir bien las piernas. De ser posible, caminar en compañía de perros: son buenos rastreadores de pistas de serpientes. 
- En caso de ser posible, usar palancas para mover objetos que puedan ser refugio de víboras.